lunes, 28 de abril de 2008

Reflexiones, por siempre...




"En éste momento tengo todo lo que necesito para ser feliz, si pensara que me hace falta algo más, nuevo o diferente para complementarlo, seguramente tendría que ceder algo de todo lo que ya tengo y perdería mi equilibrio. Entonces, qué entregaría a cambio de ese nuevo elemento: ¿Mis hijos, quienes ya están los dos graduados y con su vida por delante, tratando de encontrar el camino que deben seguir para lograr sus anhelos y deseos, y apoyándose en mi, para guiarlos, con mis aciertos y equivocaciones, pero siempre, con el corazón por delante para ayudarlos? ¿A mi esposo, que a pesar de no ser perfecto, ha sido un gran amigo y compañero? ¿El lugar donde vivo, que aún cuando está un poco alejado de la capital me permite vivir tranquila y en paz? ¿Buscar un nuevo trabajo, sacrificar el tiempo libre que dispongo para mí y mi familia por un poco más de dinero?"
Nada de lo que deseamos llegara a nuestra vida gratuitamente, todo tiene un costo, que debemos asumir para que se mantenga el equilibrio en el universo.

1 comentario:

Johana dijo...

La felicidad es un estado espiritual. Tus hijos, esposo y hogar son sólo el medio, el reflejo del espejo que hay en ti. El amor, el trabajo, el sacrificio son solo formas de manifestarse. Y las fluctuaciones de estos son los que hacen la vida! TQM